cassette

Me siento orgulloso de no haber sido enteramente parte de la generación de la tecnología y del mundo al alcance de la mano. Digamos, hasta la mitad de mi adolescencia no era la internet y el celular moneda tan corriente como lo es ahora. Ese es el primer punto que me sorprende de la sitaución. No logro entender cómo logramos naturalizar en tan poco tiempo el acceso absoluto a internet; yo, por ejemplo, no tuve banda ancha hasta fines de tercer año. Sé que no fui de los primeros en tenerla, sin embargo, quienes la hayan tenido primero no creo que haya sido muucho antes. De hecho, en el principio del uso de internet como actividad cotidiana, aún sin tenerlo en la propia casa, se popularizaron los cybers, y con ellos el counter, por ejemplo. Y claramente, creo que el counter fue bastante significativo en nuestra "preadolescencia". Esto demuetsra, entocnes, que fuimos ese punto de intersección entre la no-internet y la internet para todo el mundo.
Lo que más me enorgullece de todo, en realidad, es haber tenido que lidiar con las dificultades de conseguir determinados discos, y de haber empezado a escuchar música en casettes, no porque me quiera hacer chapa de vieja escuela, sino porque realmente me saca una sonrisa pensar en las historias que cada disco de los primeros que escuché tiene detrás.
Eran esos momentos en donde la ocasión en la que uno obtenía el disco, sumaba a la mística del mismo. Hoy, ¡qué gran experiencia conseguir un disco!, lo busco en taringa, me bajo toda una discografía, fin. En cambio, en mis primeros pasos por la música, viví esa pequeña adrenalina que te daba conseguir un nuevo disco.
Desde el principio, guardo gratísimos recuerdos de los primeros a los que accedí, principalmente por mano de mi hermano mayor. "Ten", "Vitalogy", "Vs.", de Pearl Jam, por ejemplo. Recuerdo haber estado escuchando "alive", mientras estudiaba para el curso de ingreso, y sorprenderme de lo mucho que conocía ese tema, por haberme quedado en el subconciente. Así también, los cassettes de "Bleach" y "Nevermind", de nirvana; años más tarde me di cuenta de que bleach sonaba así por naturaleza, no porque estuviera mal copiado. El cassete compilado de pasto y trance zomba, de babasonicos, y "Trance zomba" original, recuerdo cómo disfrutaba cuando de pronto estallaba todo en "natural", escuchándolo en mi walkman, antes de dormirme para ir al primario. "Blood sugar sex magik", de los peppers, con su mítica tapa, y la genialidad de los hitazos, corte, "give it away", que llevaron a que los peppers fueran mi primer recital, en river en el 2002, al que, supongo, muchos debemos haber ido. Y muchos otros más, como el de blindmelon, o, grandes entre los grandes, "mellon collie and the infinite sadness" de los smashing, o el legendario "chaco" de los kuriaky, con el cual, igual, tardé un tiempo en conectar, en principio.
Así también guardo muchos recuerdos de los primeros discos que yo conseguí cuando me aventuré en mi viaje retro por los noventas. Los cassettes de oferta en musimundo, por 5p, originales, de "return of saturn" de no doubt, "mechanical animals" de manson, y "in utero" de nirvana. Qué gloria. O cuando, para el cumpleaños de Val de séptimo grado, fuimos a lo de una de sus hermanas, que, como mi hermano, se había dado la buena vida viviendo los noventas a pleno, y le saqueamos la casa. Ahí, en un cassette, llegó a mí lo primero de fun people. La cajita decía que era anesthesia. Pero luego al escucharlo, me di cuenta que no era, porque estaba masticar, hitazo que ya conocía, y que era lo único que conocía, y ahí, tras las investigaciones respectivas, me di cuenta de que me había acercado a kum kum. Recuerdo copiar de tri los discos de manson. O cuando Val llegó de sus vacaciones con "contagiándose la enrgía del otro" del otro yo, que me dió un emblema para ese momento: "la cumbia es una mierda!"; y con "cuentos decapitados"!.
Podría recordar miles de experiencias que guardo de mis primeros acercamientos a estas grandes bandas. Comprar cds truchos por 5p en la calle, aunque era difícil conseguir muchos, deahí salieron "jessico" (que vino fallado, y en el principio de "yoli", tenía un cacho de cumbia, jaja); "rock steady", que recuerdo escucharlo mientras jugaba al pokemon; "beautifull garbage": "siempre es hoy".
No solo en el conseguir la música había una experiencia. Sino también en la cantidad de fotos que uno quería tener para pegar en la pared de su pieza. Hoy, entro y me bajo fotos, en ese momento era revolver baúles, recorrer el rivadavia, para encontrar Rolling Stones y revistas de esa índole viejas, y recortar, fotocopiar, o lo que fuera, cualquier mínima foto.
No creo ser parte de la era noventosa propiamente dicha, o anterior, en la cual todas estas conductas eran moneda corriente. Creo que somos parte de esa intersección entre eso y la era digital, y me gusta haber tenido aunque sea un poco de lo anterior. Supongo este "quiebre" porque a mí mismo me pasa, que estoy lleno de música, lo cual está genial, porque cosa que quiero escuchar, cosa que me bajo y veo qué onda; pero ya, el ritual que todo esto suponía se fue perdiendo.
Me gusta pensar en las historias que tengo apareadas a discos, me gusta tenerlas.